Presentación e introducción al tema.
Mi nombre es Antonietta Rivera Maya, tengo 22 años y soy estudiante de segundo año de Pedagogía en Artes Plásticas en la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile. Vivo en La Serena mientras dura esta pandemia y antes de esto desarrollaba habilidades en el mundo del tatuaje, en el cual he sido autodidacta y me considero aprendiz, por lo que estos son algunos de mis conocimientos básicos que he querido compartir.
El tatuaje es una técnica milenaria que a lo largo del paso de los siglos y las décadas se ha adaptado a la modernización global, a través de sus múltiples métodos y nuevas tecnologías para la mejora de este mismo. Nace originalmente en tribus nativas e incluso, se dice, que podría venir desde la era paleolítica. Se han encontrados momificaciones que demuestran una cantidad de tatuajes importantes, y según se ha estudiado, se hacían con un pigmento creado desde el carbón y las cenizas, que se trabajaba sobre la piel con piedras y espinas. Hoy en día existe una técnica llamada "Handpoke" que, en su contexto moderno, pretende imitar esta aplicación de tinta en la piel a través de una aguja y puntos que van armando líneas netamente del impulso manual-motriz. A la par, la forma más usual de hacer y hacerse un tatuaje es a través del uso de una máquina. Las máquinas de tatuar han evolucionado rápidamente, apareciendo primeramente con la creación de la electricidad y las bobinas; estas bobinas son esenciales en la creación de casi todas las primeras máquinas creadas, desde autos hasta máquinas de coser. Entonces la primera forma eléctrica que encontramos en máquinas de tatuar fue aquella en la que las bobinas son impulsadas por una fuente de poder, con golpes que se mueven hacia arriba y hacia abajo de forma lineal. Podemos encontrarlas hasta hoy en día en uso cotidiano de gente profesional. Sin embargo, posterior a estas máquinas aparecieron las máquinas "rotativas". Estas funcionan con engranajes internos que son potenciados por un motor que funciona gracias a la fuente de poder, y su movimiento, en sus adentros, es circular y no lineal como en las máquinas rotativas, por lo tanto es una de las primeras modificaciones al "impulso" en la aguja a la hora de tatuar, ya que siempre había sido lineal y no circular. Que el impulso sea circular hacia que la aguja caiga de forma menos abrupta y más suave, por lo que es ideal para la creación de sombras y espacios a rellenar tipo pintura, y además, hacer líneas. Por ende es un tipo de máquina muy versátil y potenció el uso del color. Pero el problema central se encuentra en el peso y la comodidad de la máquina. Las máquinas de bobina se asimilan en peso a usar un lápiz con un limón común amarrado a él. Requiere equilibrar el peso a la par de que se dibuja. Es realmente difícil al principio, y aunque las máquinas rotativas están creadas para un uso más liviano, siguen siendo ambas pesadas, pues ambas necesitan funcionar con una pieza llamada "grip" que es donde se coloca la aguja (como si pusiéramos el tubo de tinta de una lapicera en el tuvo de plástico que le cubre y amarráramos esta lapicera a un limón). Así que, pensando en esto, es que nacieron las máquinas "Pen", que se asimilan a un lápiz muy grueso que se adapta a la forma de la mano y tiene el motor integrado, por lo que el peso no supera los 180 gramos, lo cual es muy poco en comparación a las otras máquinas. En este tipo de máquina ya no utilizamos las agujas como si fuesen un tubo de tinta de lapicera, sino que la máquina entera simula ser una lapicera con el tubo integrado y sólo hacemos cambio de la punta del lápiz. En lenguaje de tatuaje, la máquina funciona con motor interno rotativo e integrado y sólo nos dedicamos a cambiar los cartuchos al momento de tatuar. El golpe del impulso es más bien similar a un resorte, la aguja baja y sube de forma gradual y delicada, ajustándose a los movimientos de la mano más que la mano a los movimientos de la máquina. Algunas incluso son inalámbricas, y son realmente cómodas.
En cuanto a las fuentes de poder funcionan por amperes y voltaje. Es fundamental tener una buena fuente de poder, que se ajuste a la potencia de tu máquina, pues de lo contrario nos puede quemar la máquina fácilmente o puede que nuestras líneas y trazos al tatuar sean débiles y se borren al momento de cicatrizar. En cuanto a tintas, hay que tener en consideración siempre su composición química ya que las tintas no sólo son pigmentos como las pinturas plásticas, sino también tienen químicos compatibles con el organismo humano. Si estos componentes no son los adecuados, pueden causar que la piel se pudra o causar graves lesiones epidérmicas. A la par, si estos componentes son muy pesados, dependiendo del organismo de cada persona, pueden causar alergia severa y hasta crónica. Por lo general los tintes más complejos en cuanto a su composición son los colores pasteles y los morados, junto a los rosados y los verdes. Al ser tonos complejos podemos encontrar que la tinta es bastante espesa por lo que requiere de mucha paciencia y constante carga de la aguja en la tinta para su aplicación. La tinta negra también tiene un alcance de alergia si es que no está catalogada como una de las mejores, según la lista sanitaria de tintas para tatuar. Esto por lo general se nota en el ardor que causa y además que al momento de cicatrizar no se ve negra, sino verdosa o azulosa.
Si hablamos de agujas, existe una variedad enorme para poder hacer distintos tipos de trabajos y detalles, cada una adecuándose al estilo de tatuaje que practique la persona. Existen desde distintos números, como del 01 para hacer líneas hasta paletas de 25+ agujas para pintar completamente negro. Lo importante es iniciar con agujas ni tan finas ni tan gruesas, así podemos ir practicando la precisión del trazo, ya que si una aguja no la sabemos aplicar ésta se reventará; la capa de piel se divide en tres partes: la epidermis, la dermis y la hipodermis. Las personas al momento de tatuar pueden trabajar entre la epidermis y la dermis, ya que en estas zonas tenemos acumulación de grasa que retiene la tinta acuosa. Lo que sucede al momento de entrar la tinta en la piel es que las células dérmicas captan una sustancia desconocida en la zona epidermis-dermis y envían células a cerrar ese perímetro con ayuda de esta "grasa", por eso es que la tinta queda retenida ahí y cicatriza en esa zona sin moverse. Esto sucede generalmente a 0,3 milímetros de la piel exterior, pero por lo general dependerá de cada piel, pues existen pieles porosas y gruesas como pieles muy lisas y delgadas. Sin embargo, si nos pasamos de esa medida y llegamos a la hipodermis, la tinta se nos expande en lo acuoso de esa zona y las células tienen el trabajo mucho más difícil para poder contenerla. Mientras todo esto sucede por dentro de la piel, por fuera podemos ir viendo cómo se va generando la cicatrización. Siempre primero llega con la costra dura, y es la más importante de no sacarse, pues debajo de esta se está regenerando una nueva piel que cubre la tinta original, y si nos sacamos la costra interrumpimos el proceso de cicatrización y la "nueva piel" se pierde, llegando incluso a perder el color del tatuaje de esa zona. Cuando la costra más gruesa cae sola, queda una piel clara más delgada que parece la piel que se nos sale cuando nos quemamos con el sol y se sale una especie de pellejo. Esto tampoco hay que sacarlo, pues es la capa de la última etapa y una vez que se sale sola significa que el tatuaje está cicatrizado. Hay que irlo humectando durante el proceso con cremas cicatrizantes pues es una herida abierta, como un corte, y debe ser muy higiénico cualquier movimiento que requiera tocar o tratar el tatuaje.
Los tatuajes son parte de la historia tanto antigua como moderna y los prejuicios que se tengan ante estos son problema de la persona que haga el juicio, no de quien tenga tatuajes o de quien los oficie. Un tatuaje puede ser una expresión artística, puede tener significado o simplemente ser un conjunto de opciones estéticas que agregamos a nuestra identidad. Sea cual sea el motivo, lo importante es informarse bien y ser cuidadosos, respetuosos y colaborativos al momento de tatuarnos y de tatuar.
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